Te abrazo

Te abrazo niña querida. Mi yo pequeño y vulnerable.

Tienes un lugar muy grande dentro de mi corazón, tanto que traspasa el pecho y te siento fuera también, en la realidad.

A veces estás enfrente, caminas viniendo hacia mi y nos fundimos en un cálido abrazo. Tu te aprietas muy fuerte, buscando afecto, protección y mirada.

Antes no podía, pero ahora puedo oírte llorar cuando estás triste y trato de averiguar lo que necesitas en ese momento.

Antes no lo sabía, pero ahora sé que de vez en cuando, estás muy enfadada con lo que ocurrió y quieres que te preste atención y escuche lo que tienes que decir.

Ahora, me contagio de la risa de esa niña pizpireta que siempre fuiste, y eso me hace vibrar con el mundo que me rodea, soñar en grande y agradecer estar viva.

A veces, muchas veces, te confundo con mi hijo al que amo con locura. 

Sé que podría hacerlo mejor, en ocasiones me equivoco o estoy distraída o ausente, pero ten paciencia conmigo porque soy muy consciente de que si tu eres feliz yo también lo soy. 

Y te prometo que ya nunca más, me olvidaré de ti.