Mi idilio con el Yoga Kundalini
Lo mío con el yoga kundalini fue amor a primera vista.
Me gustaba absolutamente todo de él:
- sus originales meditaciones con canto de mantras en gurmukhi... qué cosa tan bonita, verdad?
- sus múltiples asanas y kriyas que te llevaban directamente a conectar con los chakras, esos misteriosos centros de energía que la concepción occidental no contempla, porque no es demasiado amiga de la espiritualidad.
- la buena energía que desprendía, generando un sentimiento de comunión entre los que compartían la práctica en ese preciso momento.
- la disciplina, que te llevaba a sentir la satisfacción de haber conseguido un reto.
- el acceso directo a un mundo místico, inmaterial, casi incorpóreo donde experimentar peculiares sensaciones. Practicar Kundalini es alejarse del mundo cotidiano y tangible.
1. Aquel día en la sala de Yoga con Gracia que nos pegamos un viaje por el oscuro universo, mientras cantábamos.
2. La interminable inmersión de una semana en el ashram de Karta Singh enclavado en plena naturaleza, en los Alpes franceses, donde vivimos todo tipo de experiencias siderales y surrealistas con los profesores y los compañeros de la formación para ser instructores de yoga.
3. El indescriptible subidón que llevábamos mi novio y yo cuando salimos de aquella sala de eventos de un hotel del Poble Nou, después de meditar durante horas en pareja, con otras decenas de personas, guiados durante todo un día por una guru y Yogui Bajan en una pantalla, para completar la práctica de Tantra Yoga Blanco.
La Humanidad siempre ha tenido un anhelo espiritual, de ahí su devoción por las religiones y el amplio mundo de lo desconocido. A mi, la naturaleza y el yoga, en todas sus vertientes, me conectan directamente con esa parte de mi que trasciende el cuerpo y la mente.
Cuando mi lado espiritual está activado, estoy presente, tranquila y en paz. Me siento conectada conmigo misma y a la vez, con algo a lo que no puedo poner nombre, alguna cosa que es como un todo que está ahí conmigo, acompañándome y haciéndome percibir, al mismo tiempo, sensaciones placenteras, como de otro mundo.
Lo que relatas se identifica con mis experiencias con la meditación. He tenido sensaciones similares. He leído varios de tus artículos y me ha gustado mucho tu forma de escribir. Saludos, Jimena.
ResponderEliminarHola Jimena, gracias por tu aportación, me encanta saber lo que pensáis y de qué manera percibís lo que escribo. Lo cierto es que meditación es algo bastante abstracto que cuesta describir con palabras. Me alegro que tus experiencias se parezcan a las mías, eso quiere decir que lo has disfrutado! Un abrazo, Emma
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